En 2018 se llevó a cabo la intervención en los restos de pintura mural de la iglesia de Santa Maria de Palau, un pequeño templo de origen románico situado en la Baronia de Rialb.

La actuación se centró en la estabilización de los enlucidos y en la conservación de los fragmentos pictóricos originales, gravemente afectados por desprendimientos, sales y fisuras. Las labores de limpieza, consolidación y reintegración se realizaron con materiales tradicionales a base de cal, buscando recuperar la coherencia visual sin alterar la lectura arqueológica del conjunto.

Más que devolver color, el trabajo quiso preservar el silencio de la pared: la huella leve de un tiempo antiguo que aún respira bajo el yeso.